Pasaje Gutiérrez
Ejemplo singular del pasaje comercial tan habitual en la Europa de la segunda mitad del siglo XIX, se construyó a iniciativa del marchante Eusebio Gutiérrez, con fines mercantiles y a imitación de los realizados en Madrid o Barcelona y vinculable a los existentes en capitales europeas. Los planos se encomendaron a Jerónimo Ortiz de Urbina, edificándose entre 1885-6 encuadrándose dentro de la arquitectura ecléctica con utilización de acero y cristal. La galería consta de dos tramos articulados en torno a una rotonda central con cúpula acristalada bajo la cual se instalaron las esculturas de las Cuatro Estaciones en terracota y del dios del comercio, Mercurio, en hierro fundido y copia del original de Juan de Bolonia. Las pinturas del techo, que aluden a diversas alegorías así como la representación de un balconcillo con un reloj sostenido por dos niños, son originales de Salvador Seijas. Los locales comerciales se disponen a ambos lados en un entorno de cuidada decoración donde destacan las luminarias, pinturas, cerrajería y varios grupos escultóricos.
TURISMO
Pasaje Gutiérrez