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dc.contributor.advisorFrutos Madrazo, Pablo de es
dc.contributor.authorFernández Ibeas, Patricia
dc.contributor.editorUniversidad de Valladolid. Facultad de Ciencias Empresariales y del Trabajo de Soria es
dc.date.accessioned2017-11-08T13:07:34Z
dc.date.available2017-11-08T13:07:34Z
dc.date.issued2017
dc.identifier.urihttp://uvadoc.uva.es/handle/10324/26926
dc.description.abstractLa globalización ha provocado un incremento de la movilidad internacional en el último siglo, habiéndose duplicado el número de turistas internacionales en la última década. No cabe duda de que la industria turística es una herramienta esencial a la hora de diversificar las exportaciones, siendo necesaria tanto para las economías emergentes como para las avanzadas (OMT, 2016). Contribuye a generar empleo, crecimiento y desarrollo económico en cualquier lugar. En España, el sector turístico es el motor de la economía, representando en 2015 según el INE el 11,7 % del PIB y el 13 % de la población ocupada. Más allá del concepto clásico asociado al viaje, existen nuevas tendencias dentro del sector que producen un desarrollo tan claro y prometedor, como la búsqueda en el exterior de tratamientos médicos o termales más competitivos. Las motivaciones pueden ser muy diversas: el abaratamiento del coste, la inexistencia del tratamiento en el país o ciudad de origen, el prestigio internacional que posea una determinada clínica o balneario, etc. Nuestro país es el tercer destino turístico mundial, recibiendo anualmente más de 75,6 millones de turistas extranjeros (OMT, 2016). En su mayoría son británicos, alemanes, franceses y americanos, nacionalidades que coinciden con la principal clientela del turismo de salud y bienestar mundial. Son visitantes que conocen bien España y que repiten sistemáticamente sus visitas a nuestro territorio. Somos vistos como un destino ideal por la variedad y calidad de la oferta. (Del Valle, 2016). Esos elementos positivos se unen al prestigio de que goza tanto el sistema público de salud como la sanidad privada. La OCDE y el Banco Mundial sitúan a España a la cabeza del mundo en cuanto a coste-eficiencia, teniendo el sistema sanitario que menos gasta y que a su vez más esperanza de vida proporciona. Es el mejor valorado en Europa y el tercero del mundo según el reciente estudio realizado por Bloomerg ‘’ Bloomberg Health Care Efficiency’’. El sector sanitario privado está cobrando cada vez más importancia. La demanda de servicios relacionados con la salud, ya sean intervenciones médicas en centros privados (cirugías plásticas, cardiacas, reproducción asistida, etc.) o tratamientos y servicios de bienestar (balnearios, spas…), supone un segmento aun por satisfacer en muchos países. Aunque el reconocimiento de esta tipología turística es reciente, desde tiempos remotos las personas han viajado en busca de una mejoría y sanación tanto del cuerpo como de la mente. En las primeras civilizaciones tales como la India, China, Mesopotamia y Egipto, el turismo de salud se presentó como la peregrinación hacia los templos sagrados para tomar baños medicinales, como método de cura de enfermedades previamente diagnosticadas (Kazemi, 2007). Esta tendencia se ha mantenido hasta nuestros días, de la mano de una creciente preocupación por el bienestar y la salud.es
dc.format.mimetypeapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/
dc.subject.classificationTurismo de saludes
dc.subject.classificationTurismoes
dc.titleAnálisis DAFO del turismo de salud y bienestar: El caso de Andalucíaes
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/bachelorThesises
dc.description.degreeGrado en Administración y Dirección de Empresases
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 International


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