Centro de restauración de bienes muebles 

Abstract

Ubicado en la ribera del río Pisuerga, se proyecta un edificio que albergue un Centro de Restauración de Bienes Muebles. A través de un entorno idílico, en el que la naturaleza y la proximidad de la lámina de agua aportan una sensación de tranquilidad difícil de encontrar en una ciudad, se crea una arquitectura discreta y adaptada al entorno. Un edificio que, a través de sus niveles, se va adaptando al terreno, de tal manera que, mientras hacia la ciudad proyecta una imagen discreta, apenas se ven tres metros en altura de construcción, se abre hacia el río a través de un juego de volúmenes que se van disolviendo según se acerca al límite. Tres niveles en los que las funciones se dividen y se mezclan a partes iguales, en los que se va más allá de un centro de trabajo y se consigue un ambiente cultural, de aprendizaje y de desconexión, convirtiendo al CRVa en un punto simbólico de la ciudad. La sensación de delicadeza y aparente tranquilidad de unas manos que restauran se extiende por el entorno colindante, en el que, con mínimas intervenciones, se adecúa el espacio para el disfrute público, creando espacios de conexión, entretenimiento y descanso, espacios desde los que se puede ver como evolucionan las obras de manos de los profesionales a través de unos ventanales con un toque “retro”, siendo ambas símbolo de nostalgia del pasado