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dc.contributor.advisorGonzález Obeso, Elviraes
dc.contributor.authorVaquero Trigo, Marcos
dc.contributor.editorUniversidad de Valladolid. Facultad de Medicina es
dc.date.accessioned2020-08-24T09:04:37Z
dc.date.available2020-08-24T09:04:37Z
dc.date.issued2020
dc.identifier.urihttp://uvadoc.uva.es/handle/10324/41884
dc.description.abstractEl material obtenido cuando se desobstruye una arteria tras un ictus isquémico es un material que habitualmente no se analiza. Recientes estudios han demostrado la existencia de una relación estadísticamente significativa entre el porcentaje de células de la serie roja, blanca y la cantidad de fibrina y plaquetas y el origen del ictus. En este trabajo analizaremos si la cantidad de fibrina y hematíes se relaciona con otras variables de interés como son el género, localización del trombo, tamaño, tipo, origen, éxitus del paciente (a causa de esta patología), material exógeno en el corazón, factores de riesgo cardiovascular (hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemia, consumo de tabaco y alcohol), existencia de arritmias potencialmente embolígenas y una serie de características microscópicas como sonsi es una placa de ateroma, si tiene la forma de la arteria en la que se encuentra (molde arterial),la cantidad de eosinófilos, polimorfonucleares, detritus y endotelización. Tras la realización de la trombectomía mecánica a 146 pacientes y obtenido el material, se analiza dicho material macroscópicamente y microscópicamente. Para evitar posibles sesgos se decide realizar dicho análisis previa lectura de la historia clínica del paciente solamente sabiendo que el material proviene de un paciente diagnosticado de ictus y en algunos casos la localización del mismo. El análisis macroscópico se basa principalmente en la descripción visual del material haciendo especial énfasis en el color y tamaño del mismo. El análisis microscópico se basa en establecer el porcentaje de fibrina y hematíes existente, la existencia de líneas de Zahn, de endotelización y la cantidad de polimorfonucleares, eosinófilos, detritus, existencia de una placa de ateroma y molde arterial. Tras dicho análisis se procede a la lectura de la historia clínica del paciente obteniéndose los datos de filiación del paciente: edad y sexo; la localización del ictus; los factores de riesgo cardiovascular que según la bibliografía consultada podrían ser los más relevantes en esta patología: hipertensión arterial, diabetes mellitus, dislipidemia, consumo de tabaco, consumo de alcohol y la existencia de una arritmia potencialmente embolígena; el tipo: isquémico, hemorrágico o isquémico con transformación hemorrágica y el posible origen del mismo: cardioembólico, 3aterotrombótico o indeterminado; por último, se destacan ciertas características diferenciales que puedan llevar a que las características microscópicas del paciente sean distintas a las del resto como son si existe un cáncer, una prótesis valvular mecánica, si existen stents coronariososi el ictus ha producido la muerte del paciente. Una vez terminada la obtención de los datos necesarios para realizar nuestro estudio pasaremos a llevar a cabo la comparación la cantidad de fibrina y hematíes con el resto de características microscópicas, macroscópicas y clínicas de nuestros pacientes. Los dos componentes principales de los trombos que hemos analizado son los hematíes y la fibrina representando casi la totalidad de la muestra. Se realiza un análisis ji cuadrado para comprobar si las diferentes variables a estudio son independientes o bien existe asociación entre las mismas. Para lo cual comparamos la cantidad de hematíes y la cantidad de fibrina con el resto de variables. Hacemos dos grupos en función de si la cantidad de hematíes representa más del 50% de la muestra o el 50% de la muestra o menos. Demostramos estadísticamente que las variables cantidad de hematíes y tamaño (menor o igual o mayor a doce milímetros cuadrados) no son independientes (p valor prueba ji cuadrado 0.021, menor a 0.05 con una confianza del 95%). Tras el análisis de dependencia entre las dos variables vemos que existe una dependencia débil entre las mismas (Tau b de Kendall 0.191). No podemos afirmar que el tamaño dependa de la cantidad de hematíes (d de Somers 0.159). Demostramos estadísticamente que las variables cantidad de hematíes y tipo (isquémico, hemorrágico o isquémico con transformación hemorrágica) no son independientes (p valor prueba ji cuadrado 0.001, menor a 0.05 con una confianzadel 95%). Tras el análisis de dependencia entre las dos variables vemos que existe una dependencia débil, casi llegando a moderada, entre las mismas (PHI 0.284). No podemos afirmar que el tipo dependa de la cantidad de hematíes (Lambda 0.000). Hacemos dos grupos en función de si la cantidad de fibrina representa menos del 50% de la muestra o el 50% de la muestra o más. 4Demostramos estadísticamente que las variables cantidad de fibrina y tamaño (menor o igual o mayor a doce milímetros cuadrados) no son independientes (p valor prueba ji cuadrado 0.038, menor a 0.05 con una confianza del 95%). Tras el análisis de dependencia entre las dos variables vemos que existe una dependencia inversa débil entre las mismas (Tau b de Kendall -0.172). No podemos afirmar que el tamaño dependa de la cantidad de fibrina (d de Somers -0.145). Demostramos estadísticamente que las variablescantidad de fibrina y tipo (isquémico, hemorrágico o isquémico con transformación hemorrágica) no son independientes (p valor prueba ji cuadrado 0.000, menor a 0.05 con una confianza del 95%). Tras el análisis de dependencia entre las dos variables vemos que existe una dependencia inversa débil, casi moderada, entre las mismas (PHI -0.297). No podemos afirmar que el tipo dependa de la cantidad de hematíes (Lambda 0.000). Demostramos estadísticamente que las variables cantidad de fibrina y polimorfonucleares (mayor o menor de la cantidad esperable) no son independientes (p valor prueba ji cuadrado 0.005, menor a 0.05 con una confianza del 95%). Tras el análisis de dependencia entre las dos variables vemos que existe una dependencia débil entre las mismas (Tau b de Kendall 0.232). No podemos afirmar que la cantidad de polimorfonucleares dependa de la cantidad de fibrina (d de Somers 0.232). Demostramos estadísticamente que las variables cantidad de fibrina y endotelización (existe endotelización o no existe endotelización) no son independientes (p valor prueba ji cuadrado 0.039, menor a 0.05 con una confianza del 95%). Tras el análisis de dependencia entre las dos variables vemos que existe una dependencia débil, entre las mismas (PHI 0.171). No podemos afirmar que el tipo dependa de la cantidad de hematíes (Lambda 0.171). Existe una dependencia entre: la cantidad de hematíes y el tamaño del ictus; cantidad de hematíes y tipo de ictus; cantidad de fibrina y tamaño del ictus; cantidad de fibrina y tipo de ictus; cantidad de fibrina y cantidad de polimorfonucleares y cantidad de fibrina y la existencia de endotelización. La dependencia entre estas variables es débil, en algunos casos casi moderada (cantidad de hematíes y tipo de ictus y cantidad de fibrina y tipo de ictus). No podemos afirmar que el tamaño del trombo ni el tipo de ictus dependan de la cantidad de hematíes. Tampoco podemos afirmar que el tamaño, tipo de ictus, cantidad de polimorfonucleares ni la existencia de endotelización dependen de la cantidad de fibrina.es
dc.format.mimetypeapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.subject.classificationIctuses
dc.titleIctus: del cerebro al microscopioes
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/bachelorThesises
dc.description.degreeGrado en Medicinaes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.subject.unesco3207.11 Neuropatologíaes


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