"It was perfect": Desire, corporeality, and denial in Darren Aronofsky's "Black Swan"

Abstract

The acquisition of a corporeal sense of self, central to the formation of a balanced identity, is often barred in the Western world by women’s internalization of somatophohia. Drawing on theories of gender and corporeality, my contribution focuses on the representation and implications of eating disorders and deliberate self-harm practices as portrayed in Darren Aronofsky’s feature film Black Swan (2010). Protagonist Nina Sayers is rendered as a perfectionist workaholic whose compulsions include scratching and peeling off her skin. Her yearning for professional success is but an extra burden over and above her virginal sexual repression and her claustrophobic family environment.My main contention is that, beyond the psycho-sexual thriller cliché and the rather obvious metalepses between film and ballet, Aronofsky’s movie can be read as a denunciation of the lethal struggle some women undergo in their desperate attempts to transcend both their corporeality and the negative values attached to the female body, i.e. as that which clutters the mind with hungers and desires, barring them from “perfection.”

La interiorización del odio a lo corporal por parte de algunas mujeres en el mundo occidental a menudo dificulta la adquisición de un sentido corpóreo del yo, tan importante para la formación de una identidad equilibrada. Partiendo de teorías sobre el género y la corporeidad, el artículo se centra en la representación e implicaciones de los desórdenes alimentarios y en los comportamientos auto-lesivos en la película Cisne negro, de Darren Aronofsky (2010). La protagonista, Nina Sayers, es una perfeccionista adicta al trabajo que se rasca compulsivamente y se arranca la piel. Su anhelado éxito profesional es una carga añadida a su represión sexual virginal y a su entorno familiar claustrofóbico.Mi argumento principal es que, más allá del cliché del thriller psicosexual y Ias obvias metalepsis entre la película y el ballet, el filme de Aronofsky puede interpretarse como una denuncia de la lucha letal a la que algunas mujeres se ven sometidas en sus intentos desesperados por trascender su corporeidad y los valores negativos relacionados con el cuerpo femenino como aquello que ofusca la mente con apetitos y deseos, y que hace imposible que alcancen la “perfección.”