La regeneración industrial en el Paisaje japonés. El proyecto artístico “Seirensho” en la isla de Inujima

Abstract

La modernización de Japón en la epoca Meiji 1868-1912 dió lugar a una transformación industrial de paisajes idílicos que los artistas japoneses habían tomado durante siglos como fuente de inspiración, como es el caso del Mar Interior Seto y su mosaico formado por más de tres mil islas. En 1909 se construye en la isla de Inujima una factoría de fundición de cobre, que permanecería en funcionamiento durante un corto período de 10 años. Durante el largo proceso de abandono del complejo industrial, que se prolongaría durante casi un siglo, los muros de las construcciones y las imponentes chimeneas conservaron la memoria industrial del lugar. A partir de 1995, la isla de Inujima se suma a la Benesse Foundation, un ambicioso proyecto de explotación artística y turística junto a otras islas de la zona. El paisaje industrial existente se transforma, desde la óptica de la contemporaneidad, en el centro de creación artística Seirensho. El proyecto arquitectónico de Hiroshi Sambuichi en colaboración con el artista Yukinori Yanagi, inaugurado en el año 2008, establece un diálogo contemporáneo entre la identidad topográfica de la isla, formada por estratos graníticos en descomposición y las ruinas de la factoría industrial que el tiempo y el abandono han absorbido como parte indisoluble del paisaje. La intervención mantiene la lectura en niveles topográficos, empleando mecanismos orientados a preservar esta identidad, con grados de intervención distintos para cada uno de ellos. De este modo, al borde del agua, los característicos muros compuestos por bloques de granito local organizan un recorrido que descubre al espectador un paisaje industrial y marítimo, caracterizado por el color y las texturas oxidadas de los materiales. Los elementos arquitectónicos añadidos juegan con esa condición para provocar la mirada sobre el mar y sobre los propios restos industriales de la isla. En el nivel intermedio de la ladera, un complejo arquitectónico formado por terrazas alberga en su interior las principales instalaciones artísticas. El recorrido subterráneo conduce al espectador a través de galerías con pequeños orificios hacia el exterior, construyendo una metáfora de transformación energética a partir de la arquitectura, con la energía geotérmica existente y la captación solar térmica. En el nivel superior, el visitante es conducido por un jardín musealizado a partir de los antiguos hornos y las chimeneas. El itinerario sobre los restos provoca una nueva mirada hacia el patrimonio existente, que es colonizado por el hombre como años antes lo haría la propia naturaleza tras el abandono de la industria. Con los distintas transformaciones, el lugar ha adquirido nuevos estratos que se suman a los anteriores, proyectando nuevos enfoques y nuevas realidades.