La particular respuesta de las microburbujas lipídicas ante los ultrasonidos las
convierten en útiles agentes de contraste para ultrasonidos y para la
imagenología molecular, así como para su uso para la administración selectiva
de fármacos. El diámetro de una microburbuja, entre 1μm-10μm, es
aproximadamente igual al tamaño de un glóbulo rojo lo que les permite mostrar
una reología similar en la circulación por venas y capilares. Los fosfolípidos se
autoensamblan espontáneamente formando una monocapa en la interfase
gas-líquido, de manera que la cadena hidrófoba se orienta hacia el gas, y la
cabeza hidrofílica está orientada hacia la fase acuosa. La tecnología
microfluídica permite producir microburbujas con una distribución de tamaño
monodispersa de manera controlada. Aquí se demuestra que usando un chip
microfluídico flow-focusing es posible producir una población monodispersa de
microburbujas con un diámetro entre 1μm-4.4μm, controlando el tamaño
gracias a la variación de los caudales de los fluidos que intervienen en la
producción de las microburbujas.
