Los programas de Educación para Adultos y de Envejecimiento Activo han
favorecido en los últimos años la participación de las personas mayores en la sociedad
de una forma integral. Además, han ayudado a la renovación de la imagen y la
disipación de estereotipos hacia el colectivo. Pese a esto, se siguen viendo situaciones
de dependencia y desconocimiento sobre estas personas lo que lleva a la reflexión sobre
si los programas que se llevan a cabo actualmente están funcionando y cómo desarrollan
esta actividad. En el presente trabajo se lleva a cabo una comparación de propuestas de
dos ciudades: Vigo y Valladolid, analizando los puntos fuertes y débiles de cada una.
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