Edificio de biblioteca y centro de estudios de la Academia de Caballería de Valladolid.

Abstract

La intervención trata de aprovechar el gran carácter y peculiaridad del entorno en el que se sitúa, así como sacar el máximo partido de los vestigios y la historia con la que ha de convivir. Se establece la distancia formal como planteamiento, la creación de algo nuevo y diferenciado, reconocible, recordable y admirable. Un nuevo hito urbano que establece una fachada hacia el río, como complemento a la fachada monumental de la Academia de Caballería. El nuevo edificio se eleva para ver y ser visto, aprovechando su posición estratégica. El nuevo hito encuentra su relación con la ciudad a través de un basamento, un elemento de conexión con la tierra, que lo ata y lo hace perteneciente al lugar. Estereotomía y tectónica se unen una vez más para dar lugar a un ente nuevo. Este basamento establece a su vez, una distancia entre el usuario y la gran vía rodada que es la Avenida Isabel la Católica, creando una gran plaza elevada, resguardada y protegida del intenso tráfico y del ruido. La ribera asciende y se adentra en la parcela para fundirse con el basamento, en una transición menos abrupta. El volumen tectónico, el cubo, niega su posición central, se desplaza, el centro es la plaza. En el interior se busca la transparencia, el elemento generador de espacio es el conjunto de estanterías, cuya densidad se va perdiendo a medida que el usuario asciende en la búsqueda del conocimiento. La diversidad espacial fluye por el edificio, estableciendo conexiones visuales en todas las plantas del recorrido interno. Encontramos un gran contenedor de espacios y conocimientos que conviven con elementos más herméticos. Se busca la estimulación sensorial del usuario con la creación de un espacio atractivo y funcional, con el aprovechamiento de una situación estratégica y de unas vistas privilegiadas.