El proyecto viene motivado desde la propia Academia de Caballería, una institución
que lleva en Valladolid desde 1852 primero con el octógono que después de un gran
incendio quedó destruido y posteriormente con el edificio que conocemos en la
actualidad. La Academia ahora mismo rodeada por un muro de gran altura, que da una
cara de opacidad, pretende abrirse a la ciudad cediendo un espacio y derribando ese
muro para dar más transparencia a la entidad con la creación de un edifico para el uso
y disfrute tanto de la academia como de los ciudadanos de a pie.
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