El teletrabajo: una forma de concebir el trabajo

Abstract

El ser humano ha ido evolucionando hacia estructuras vitales y relacionales que mejoran la vida de las personas. En los últimos 50 años este avance se ha visto incrementado por una rápida evolución de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC) que han abierto un mundo de oportunidades para potenciar la calidad de los países, organizaciones y hasta a las propias personas en una mejora general de sus vidas. Sin embargo, el acceso a las TIC no es igual para todos. Aquellos que puedan acceder y avanzar en el ámbito digital serán calificados como “ricos” y los que no puedan acceder o avanzar en los mismos serán denominados como “pobres”, entrando así en una dualidad que distingue el desarrollo de los países, organizaciones y personas, incidiendo de esta manera en la brecha digital. Las TIC son capaces de crear nuevos estilos familiares, diversas formas de trabajar, nuevas formas de vivir, nuevas economías y nuevos conflictos políticos, modificando de esta manera la concepción de la vida tal y como la conocemos. En este sentido no podemos obviar ni entender el mantenimiento de estructuras rígidas o inmóviles que no permitan los cambios, ya que estos son el sustento principal para la consolidación del avance de las sociedades, de los países y de las economías. Una evidencia de ello sería el teletrabajo. Las TIC han permitido que la realización del trabajo no tenga límites de espacio y de tiempo, consolidando así una ventaja competitiva para las empresas que lo lleven a cabo por la gran flexibilidad que aporta a la organización y al trabajador para adaptarse a posibles contratiempos, permitiendo que a través del uso de la tecnología se pueda producir la comunicación, movilidad, la administración de múltiples recursos, el aumento de la productividad y la libertad de trabajar y relacionarte. Creando de esta manera un cambio en la concepción tradicional del trabajo en el que la presencialidad era la tónica dominante, teniendo los profesionales que cambiar su concepción de trabajar haciéndola más propia y permitiéndoles realizarla desde cualquier lugar, siempre que se adapten sus habilidades y potencien su desempeño en las actividades laborales. La tenencia de una concepción de presencialidad dominante ya no es posible, debiéndose integrar esta posibilidad laboral. Lo cierto es que esto no es fácil y las organizaciones deberán de reformular su estructura y estrategias para poder ajustar en las mismas una evolución tecnológica y la tenencia y adquisición de los conocimientos necesarios. Todo ello conllevaría a sustentar una era digital, basada en sociedades del conocimiento y de la inteligencia. Ante esto, el objetivo del presente trabajo es determinar de forma genérica qué habilidades o competencias y qué conocimientos deben de tener los trabajadores para poder realizar su trabajo a través del teletrabajo. Para alcanzar este objetivo, el trabajo se estructura en cinco bloques. En el primero determinaremos el concepto de teletrabajo, cómo ha evolucionado y cómo está regulado en Europa y España, las modalidades y tipos que hay y por último las ventajas e inconvenientes del mismo. En el segundo bloque trataremos las competencias y la formación desde una visión general que deben de tener los trabajadores, con la incorporación de diversas aplicaciones prácticas de estas competencias y de la formación. En el tercer bloque se expresarán las conclusiones a las que se ha llegado. En el cuarto bloque se referenciarán las fuentes bibliográficas utilizadas y en el quinto bloque se añadirá la información que resulta de utilidad para comprender mejor el texto.