La lógica de la locura. Análisis de la institución psiquiátrica en clave de educación social

Abstract

Se ha debatido mucho a lo largo de la historia sobre la institución psiquiátrica y el problema de marginación y vulneración de derechos que plantea el encerramiento en el enfermo mental. A lo largo de este tiempo, se han ido planteando alternativas que, si bien no obtenían el reconocimiento en su época, sí que sirvieron para ir tomando poco a poco una conciencia acerca del problema y plantear la base de lo que serían en el futuro las grandes reformas en el ámbito de la salud mental. Sin embargo, cuando estos planes estratégicos surgieron la profesión de la educación social no estaba aún del todo formulada. Este hecho obliga a esta profesión a analizar y comprender toda la complejidad del problema social y estructural que acompaña a la institución psiquiátrica. Sólo realizando este estudio se podrá estar en disposición de hacer una adecuada crítica social, plantear propuestas de cambio transformadoras y preguntarse cuál debería ser el papel que debe tomar la educación social en este contexto. En el ámbito sociosanitario, nunca se debe perder de vista que la persona es el centro de la misión. Por tanto, no se trata sólo de cuidar y mantener a la persona, sino de intervenir y acompañarle en su proceso tanto a nivel educativo como social para lograr en lo posible el cambio de las circunstancias que le oprimen, devolviéndole la libertad que nunca debería de haber perdido

There has been a lot of debate throughout history about the psychiatric institution and the problem of marginalization and violation of rights that confinement poses of the mentally ill. Throughout this time, alternatives have been proposed that, although they did not obtain recognition at the time, they did serve to gradually become aware of the problem and lay the foundation for what would be in the future the major reforms in the field of mental health. However, when these strategic plans emerged, the profession of social education was not yet fully formulated. This fact forces this profession to analyse and understand all the complexity of the social and structural problem that accompanies the psychiatric institution. Only by carrying out this study will it be possible to be able to make an adequate social critique, propose proposals for transformative change and ask what role social education should play in this context. In the socio-health field, we must never lose sight of the fact that the person is the centre of the mission. Therefore, it is not just a matter of caring for and maintaining the person, but of intervene and accompanying him in his process both at an educational and social level to achieve as far as possible the change of the circumstances that oppress him, giving him back the freedom that he should have never lost