El presente artículo analiza las relaciones entre Cuba y la España franquista de 1944 a 1948. Durante este corto período los vínculos hispano-cubanos anduvieron a remolque entre los intentos del Palacio de Santa Cruz por acercarse a la siempre fiel y la postura vacilante de Ramón Grau San Martín ante tales pretensiones. Su alianza con los comunistas cubanos y el escenario internacional de repudio al régimen franquista condicionó, al menos, los dos primeros años del grausato e inclinó la balanza de fuerza hacia la España errante. Ello no implicó, sin embargo, un reconocimiento al gobierno en el exilio y mucho menos una ruptura de relaciones con Franco. No obstante, con el alborear de la Guerra Fría todo comenzó a cambiar paulatinamente, haciéndose más visible la convergencia de intereses entre La Habana y Madrid.
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