La figura del Eurofán cobra fuerza a finales de la década de los 90, un momento de decadencia para el Festival de la Canción de Eurovisión. Casi treinta años más tarde, este fenómeno se ha convertido en un movimiento de masas a nivel internacional, no solo europeo. Consolidándose como el programa no deportivo más visto del año, alcanzando los casi 200 millones de espectadores en el año 2015.
El surgimiento de secuelas, como las preselecciones o las pre-parties, han provocado la aparición de una nueva oportunidad de negocio. Y es que, el objetivo principal de este Trabajo de Fin de Grado es el de rentabilizar el consumo del perfil eurofán mediante la creación de un festival de música en España.
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