Un pabellón prototípico en Camberwell. Salón de actos realizado por J. F. Stirling y J. Gowan en 1958 para la escuela primaria Brunswick Park

Abstract

James Frazer Stirling (1926-1992) es un arquitecto que apenas necesita presentación, mundialmente conocido por su magnífica, extensa y, en su momento, novedosa obra realizada a lo largo de 45 años. Si bien, su fama internacional fue adquirida principalmente en los años sesenta del s.XX, con la ejecución de una serie de intervenciones en las universidades más prestigiosas del Reino Unido.

Una de las etapas más interesantes de su trayectoria sucede entre 1956 y 1963, momento en el que se asocia con el también arquitecto James Gowan. Durante este periodo los autores empiezan a cuestionarse la modernidad tardía que tanto les influenció a finales de los años cuarenta en su etapa de formación. La misma que estará presente en sus primeras realizaciones de la primera mitad de los años cincuenta. A partir de ese momento se incorporará y, de forma sucesiva, se impondrá en sus proyectos la coherencia constructiva y funcional sobre otras consideraciones estilísticas. De esta época son las viviendas en Preston, proyectadas en 1957 o el prototipo de fachadas para la acería Steel Mill y el colegio universitario Churchill en Cambridge, iniciados un año después. Esta última obra guarda una importante sintonía con otra pequeña realización que data también en 1958. Nos referimos al centro de reunión concebido para una escuela infantil en el sur de Londres.

Se trataba de diseñar un edificio auxiliar para la escuela primaria Brunswick Park, situada en el distrito londinense de Camberwell. Tras una primera propuesta de la que se conserva una interesante maqueta de trabajo, finalmente se optó por una composición análoga a la ya utilizada en el universitario Churchill. Situando el pabellón en el interior de una manzana verde contigua a la escuela, se dividió este en cuatro cuadrantes de forma que otros cuatro accesos se disponían en los límites de cada uno de ellos. Los edificios originarios eran de estilo vitoriano y habían sido rodeados por una serie de intervenciones residenciales materializadas mediante una variedad de tipos y alturas. Frente a esta situación los arquitectos pensaron que “era esencial la integración del nuevo edificio en el paisaje urbano próximo” (Stirling, Wilford & Rowe, 1985, p. 77), por lo que optaron por enterrar la construcción tras unas colinas artificiales de césped. Los únicos elementos que sobresalían eran las cristaleras y los hastiales de ladrillo blanco de las cubiertas inclinadas que se disponían, a un solo agua, en tres de los cuadrantes de la composición en planta. La comunicación pretende reflexionar sobre el proceso de creación de esta obra, analizando los diferentes recursos gráficos habitualmente utilizados por un maestro de la representación como es James Stirling. Para ello ha sido consultado, entre otras fuentes, su fondo documental que contiene inéditas fotografías y representaciones gráficas. Todas ellas son testimonio del proceso creativo utilizado por los autores para conseguir un acertado resultado final, en este caso aplicado a un salón de actos multifuncional al servicio de una escuela de primaria. Este prototípico ejemplo de arquitectura se separa de la tradición moderna convirtiéndose en una plataforma de ensayo que jugará un importante papel en el desarrollo de los sucesivos proyectos concebidos por los autores en la década de los sesenta.