La palabra que construye. Espacios de transición en la primera arquitectura escolar de Antonio Fernández Alba (1957-1975)

Abstract

Antonio Fernández Alba conceives architectural space as an “enclosure of poetic event “. In his design process for the definition of this space, words assume a significant role, not only as a means of signification but also as a constructive and operative instrument. Through language, architecture becomes inhabitable. The following research focuses on the lesser-explored aspects of Antonio Fernández Alba’s school architecture in his early years (1957-1975). It broadens the scope of works usually referenced within this theme, as is the case with the schools linked to state educational plans. The period of study of Fernández Alba’s work spans from 1957, when he graduated as an architect, to 1975, a year marked by significant political events and the consolidation of an architectural language that would become a permanent feature in his later works. Throughout this timeframe, his architecture evolved, experimenting with various compositional and formal solutions, synthesising Nordic-rooted organicism with elements of vernacular architecture, and balancing the platform-plane with the possibilities of climate-responsive roof. All this while maintaining geometry as a means for project control. His school architecture has been selected as the vehicle for analysis, as it combines attention to language with spatial responses to the school’s pedagogical program. This confluence of theory and practice unites the three facets developed by Fernández Alba in his career: architect, writer and educator, which makes these school projects an ideal field for examining the full breadth of his intellectual pursuits. Particularly relevant within these projects are what may be termed transitional spaces, which enable architecture to operate on multiple levels: physical, psychological and social. This transitional space facilitates the deployment of the pedagogical curriculum within architecture, transforming the school into an activator of the educational program. Among Fernández Alba’s school architecture, three families have been defined, characterized chronologically by: the presence of an interior courtyard (1959-1965); the articulation of space between the ground plane and the roof plane (1966-1968); and the use of geometry as a principle of composition (1969-1975). All these schools are analysed as paradigms of the use of transitional spaces in a triple aspect of material, emotional and social connection, highlighting the capacity of words to construct architecture.

Antonio Fernández Alba concibe el espacio de la arquitectura como un “recinto de acontecimiento poético”. En su proceso de proyecto para la definición de este espacio, la palabra toma un papel relevante, que no solo lo significa, sino que ayuda a construirlo y ponerlo en uso. A través del lenguaje, se posibilita que la arquitectura se habite. Se presenta, a continuación, una investigación que pone el foco sobre los aspectos menos tratados de la arquitectura escolar de Antonio Fernández Alba en sus primeros años (1957-1975) y que amplía la selección de obras que habitualmente aparecen reseñadas dentro de esta temática, como es el caso de los colegios vinculados a los planes educativos estatales. El periodo de estudio de la obra de Fernández Alba se ha definido entre 1957, año de su titulación como arquitecto, y 1975, año en el que – junto a acontecimientos políticos de gran magnitud – su lenguaje arquitectónico adquiere una impronta que será ya constante en su obra. Entre ambos momentos, su arquitectura va mutando y ensayando diversas soluciones compositivas y formales, sintetizando un organicismo de raíces nórdicas con las características de una arquitectura vernácula o la atención al plano-plataforma con las posibilidades de una cubierta ligada al clima del lugar. Todo ello sin perder de vista la geometría como medio de control del proyecto. Se ha elegido como vehículo de análisis su arquitectura escolar, por conjugarse en ella la atención a la palabra con la respuesta desde el espacio al programa pedagógico de la escuela. Esta confluencia de teoría y práctica aúna las tres facetas desarrolladas por Fernández Alba en su carrera: arquitecto, escritor y docente; lo que convierte estos proyectos escolares en un idóneo campo de estudio de todos sus intereses. En estos proyectos cobra relevancia lo que hemos denominado espacios de transición, que permiten a la arquitectura actuar en distintos niveles: físicos, psicológicos y sociales. El espacio de transición propicia el despliegue del currículo pedagógico dentro de la arquitectura, convirtiendo la escuela en un activador del programa educativo. De entre los proyectos escolares desarrollados por Fernández Alba se han definido tres familias de colegios que, en sucesión cronológica, se pueden caracterizar por: la presencia de un patio interior (1959-1965); la definición del espacio entre el plano de suelo y el plano de cubierta (1966-1968); y el uso de la geometría como principio de composición (1969-1975). Todas estas escuelas se analizan como paradigma de la utilización de los espacios de transición en una triple vertiente de conexión material, emocional y social; poniendo de relieve la capacidad de la palabra para construir la arquitectura.