La brecha digital como factor de riesgo para el aislamiento social en personas mayores

Abstract

La brecha digital es un fenómeno multidimensional que en los últimos años, ha cobrado relevancia como factor de exclusión social, especialmente en el colectivo de las personas mayores. Este problema no se manifiesta únicamente en la falta de acceso a dispositivos o a internet, sino que también incluye en la falta de habilidades y competencias necesarias para utilizar de manera eficaz las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TICs). En una sociedad cada vez más digitalizada, la imposibilidad de acceder o adaptarse a este mundo tecnológico puede derivar en aislamiento, desconexión social y pérdida de autonomía, afectando negativamente la calidad de vida de las personas mayores. Este fenómeno plantea importantes desafíos a nivel educativo, social y sanitario, su impacto no afecta únicamente a lo técnico ya que afecta directamente en el bienestar emocional y físico. La brecha digital puede impedir el acceso a servicios esenciales como la atención médica online, la gestión bancaria o incluso la comunicación con familiares y amigos, creando sentimientos de soledad y dependencia. Además, factores como el nivel educativo, las condiciones socioeconómicas, la ubicación geográfica o las limitaciones físicas y cognitivas agravan esta situación. En este contexto, resulta fundamental diseñar estrategias de intervención inclusivas y accesibles que promuevan la alfabetización digital desde una perspectiva empática, socioeducativa y emocionalmente acompañada. La Educación Social es una herramienta clave para abordar esta problemática, no solo enseñando habilidades técnicas, sino también fomentando la autoestima, la autonomía y la participación activa de las personas mayores en el mundo digital.

The digital divide is a multidimensional phenomenon that, in recent years, has gained relevance as a factor of social exclusion, especially among older adults. This problem is not limited solely to access to devices or the internet, but also includes the lack of skills and competencies necessary to effectively use Information and Communication Technologies (ICTs). In an increasingly digitalized society, the inability to access or adapt to this technological world can lead to isolation, social disconnection, and loss of autonomy, negatively affecting the quality of life of older adults. This phenomenon poses significant challenges at the educational, social, and healthcare levels, as its impact is not only technical but also directly affects emotional and physical well-being. The digital divide can impede access to essential services such as online medical care, banking, or even communication with family and friends, creating feelings of loneliness and dependence. Furthermore, factors such as educational level, socioeconomic status, geographic location, and physical and cognitive limitations exacerbate this situation. Given this context, it is essential to design inclusive and accessible intervention strategies that promote digital literacy from an empathetic, socio-educational, and emotionally supportive perspective. Social Education is a key tool for addressing this issue, not only by teaching technical skills but also by fostering self-esteem, autonomy, and active participation among older adults in the digital world.