RT info:eu-repo/semantics/article T1 Planning education in Britain A1 Samuels, Ivor A2 Ediciones Universidad de Valladolid K1 Urbanismo AB El artículo del profesor Ivor Samuels empieza con el enfoque del marco general de la enseñanza universitaria con su carácter todavía de élite, Y con la gran competencia para el acceso a las plazas limitadas -un promedio de una por cada diez candidatos en arquitectura y planeamiento-, subrayando la buena disponibilidad de becas para los cursos de grado y la escasez para los de postgrado. El desarrollo del artículo evidencia además la estrecha relación entre la organización de la enseñanza del urbanismo y la estructura del mundo del trabajo, o sea, la importancia del planeamiento como instrumento de política gubernamental y el nivel de profesionalización de la práctica del planeamiento. Los dos elementos más originales de la experiencia inglesa son el temprano reconocimiento del planeamiento como campo profesional independiente con la constitución ya en 1914 del Town Planning Institute -ahora Royal Town Planning Institute, RTPI, que cuenta con alrededor de diecisiete mil miembros, el setenta y cinco por ciento empleados en la administración pública, sobre un total estimado de cincuenta mil dedicados al sector-, y el reciente desarrollo del Urban Design como disciplina autónoma del planeamiento y del proyecto arquitectónico. El acceso al RTPI se realizaba tras superar un examen de admisión, lo que empujó a algunos centros de enseñanza a ofrecer cursos de preparación, que luego fueron el origen de las actuales licenciaturas de urbanismo. El examen sigue existiendo, pero además es posible acceder directamente al RTPI con uno de los títulos reconocidos por el mismo Instituto, que cada cinco años realiza -con el nombramiento de una comisión formada tanto por académicos que por profesionales- un control sobre las materias incluidas en el plan de estudios de estos cursos, su profundidad y duración. La puesta en marcha de las especializaciones ha matizado esta relación haciendo crecer también el margen de discreción de la parte académica para sus elecciones individuales. El control del mundo profesional se extiende sobre gran mayoría de los cursos de planeamiento, y también de arquitectura ya que el Royal Institute oí British Architects, RIBA, funciona de forma parecida. Desde luego la relación entre los centros de enseñanza superiores y la organización profesional, y su desarrollo, es totalmente atípica respecto al panorama universitario europeo. Según el profesor Ivor Samuels el nivel de profesionalización de la actividad urbanística es uno de los dos elementos determinantes del desarrollo de la educación de la disciplina en Gran Bretaña, junto con la importancia del planeamiento como instrumento de política gubernamental. Ello determina los medios a disposición de la enseñanza y la calidad y cantidad de la oferta de trabajo. La alternancia de la guía gubernamental, típica del bipartidismo británico, marca las etapas del desarrollo reciente, con sus informes -cuya realización, difusión y efectos demuestran el interés real por el tema y la capacidad de análisis e intervención muy propias del ejemplo británico- sus reformas y contrarreformas. En este ámbito el Town Planning Act de 1947 es relevante, ya que determinó la construcción del sistema de planeamiento como instrumento de actuación de la política del gobierno en la esfera económica. El Schuster Report, en 1950, definió como multidisciplinar la naturaleza del planeamiento, planteando la evolución del sistema educacional existente con el desarrollo de cursos de postgrado en planeamiento para un abanico más amplio de licenciaturas, especialmente las que no tienen relación con la urbanización, que había que emprender después de haber tenido acceso al mundo del trabajo. En esto consistía el desarrollo del sistema existente a que se opone el modelo generalista, fundado sobre la autonomía disciplinar del planeamiento con cursos propios de graduación y con un plan de estudios enfocado explícitamente a ello. Es el modelo que defienden los profesionales y el R TPI, y además, según el profesor Samuels, el más asequible, considerando el empeño que conlleva la formación defendida en el Schuster Report, que une una carrera de cuatro años con un título de grado, más el curso de postgrado, de dos años, si es a tiempo pleno, y de tres, si a tiempo parcial. La reforma introducida con el Planning Act en 1968 reconoció la crisis del sistema anterior, apuntando hacia la abstracción de la definición espacial y del diseño en el planeamiento, determinando un mayor papel de las ciencias políticas y sociales. lA reorganización institucional de 1974 había multiplicado los puestos de trabajo en la administración para los funcionarios, pero la contrarreforma conservadora, fundada sobre la centralización y la desregulación, cambió profundamente el panorama profesional y el papel de la administración. Aumentó la oferta de empleo en el sector privado, en contra de las expectativas generales de los urbanistas y de las mismas previsiones del Gobierno, empeñado en el recorte de recursos para el sistema educacional. Las ofertas llegan de las agencias responsables de la gestión de la nueva urbanística de la deregulation y, por primera vez de forma masiva, de las empresas privadas. Es un empleo afectado por las oscilaciones coyunturales, más especializado y físicamente disperso; pero, sobre todo, esto redimensiona la retórica de la reducción de la influencia del planeamiento en favor de la mayor confianza en las leyes económicas, dirigiendo la polémica a un nivel más realista. Es en este marco donde desde principios de los setenta se desarrolla el Urban Design como disciplina autónoma, equilibrando la progresiva pérdida de relación con la urbanística, evidenciada en la esfera profesional por la disminución de arquitectos dedicados al planeamiento -el número de arquitectos inscritos al RTPI cayó entre los años sesenta y setenta del cincuenta al veinte por ciento, llegando hasta rondar el tres por ciento en la actualidad- y respondiendo así a la reivindicación de la necesidad de mejora del espacio construido. Esto es sin duda un argumento en favor de la superación del debate, ya estéril, centrado en la interpretación de la experiencia desarrollada por la cultura arquitectónico-urbanística, tachada de determinismo espacial, frente a la incapacidad por parte de otras disciplinas, analíticas y no espaciales, de organizar modelos alternativos. Actualmente el R1PI reconoce cursos de postgrado en Urban Design con el primer año básico, común con los de otras especialidades, y el segundo especializado. En conclusión, la estructura actual de la formación se puede interpretar en cuatro modelos, a menudo coexistentes en la misma universidad, que son la herencia de las etapas de desarrollo de la disciplina: desde la enseñanza de la urbanística en las escuelas de arquitectura y de ingeniería, a la estructuración de cursos de graduación y postgrado autónomos, para llegar a su orientación hacia las necesidades del mercado, y por último, el desarrollo de las especializaciones y el enfoque de los cursos sobre problemas concretos. Actualmente la carrera más común es la licenciatura en planeamiento, que en Oxford ha sido estructurada en el Bachelor en Planning Studies de tres años, más el Diploma in Planning de un año. La mayoría de los estudiantes de postgrado llegan con preparación en geografia, en contraste entonces con el planteamiento multidisciplinar del modelo de referencia, y sin experiencia laboral. Sin embargo, se va estructurando una formación profesional continua, promovida por el RTPI, que vincula el mantenimiento de la inscripción a la realización de cursos de actualización de las competencias profesionales a lo largo de la carrera profesional. SN 1133-6579 YR 1995 FD 1995 LK http://uvadoc.uva.es/handle/10324/10175 UL http://uvadoc.uva.es/handle/10324/10175 LA spa NO Ciudades: Revista del Instituto Universitario de Urbanística de la Universidad de Valladolid, 1995, N.2, pags.101-118 DS UVaDOC RD 27-dic-2024