El empleo ha sido, a lo largo de la historia, determinante en la situación social de las personas, y por tanto, de gran influencia en el binomio inclusión-exclusión social. El papel del empleo en relación a la estructura social, sin embargo, no ha sido constante. Desde hace décadas, asistimos a un cambio en el modelo de cohesión social predominante, dónde el trabajo está perdiendo gran parte de su capacidad integradora, trasladándose ésta a otros factores como pueden ser las relaciones sociales.
Junto a esta pérdida de entidad del empleo como factor determinante para la inclusión social, acontecen otros procesos que acentúan este hecho; la crisis económica y financiera, que incide en España desde finales de la década pasada, es el principal. Entre sus consecuencias se encuentran un gran incremento de las tasas de desempleo, la precarización del mercado de trabajo o la debilitación del sistema de protección social. Todo ello, unido a un importante aumento en los índices de pobreza y exclusión social, derivan en un escenario que requiere de políticas (sociales, económicas y de empleo) novedosas y adaptadas a la coyuntura descrita. Así, desde finales del siglo pasado, en el contexto europeo, comienza a otorgarse un valor importante a las políticas de activación del empleo, menos desarrolladas hasta el momento que las políticas de carácter pasivo. La implementación de estas medidas y estrategias, pasan en determinados momentos por el ámbito de actuación de los Servicios Sociales. De hecho, es frecuente observar instrumentos de activación en programas y planes de las Políticas de Inclusión Social.
Las Políticas de Inclusión Social en la Comunidad Autónoma (en adelante, CC.AA.) de Castilla y León, tienen como máximos exponentes a la Renta Garantizada de Ciudadanía (en adelante, RGC), el Plan de Inserción Socio-laboral y la Red de Protección a Familias. Es preciso, por tanto, analizar las estrategias y medidas de activación presentes en estos instrumentos, así como recoger y estudiar las valoraciones de profesionales y usuarios del sector de los Servicios Sociales (públicos y privados) sobre éstas y su contribución a los procesos de inclusión social. El fin de este análisis es reflexionar sobre la conveniencia, bondades y posibles contingencias de la implementación de Políticas Activas de Empleo a través de los Servicios Sociales, así como sobre el papel que los Trabajadores Sociales tienen en ésta.
