El estudio de la población de Castilla y León realizado en el año 1987 comprende el análisis de los factores que han condicionado en el tiempo y en el espacio sus peculiares características: un territorio expenso, pero muy poco poblado, y la tendencia general a la concentración de la población en las grandes ciudades, especialmente en las capitales de provincia. El intenso éxodo rural, que registró su período cumbre en los años sesenta y setenta, la dinámica de crecimiento y las pautas de reproducción, los trasvases regulares de población desde los núcleos rurales a las ciudades, el impacto de las estructuras socioeconómicas y sociolaborales, constituyen, entre otros, los aspectos más relevantes de esta publicación de finales de los años ochenta del siglo XX
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