Desde bono buses hasta tarjetas identificativas o llaves electrónicas, el uso de los dispositivos RFID se ha extendido rápidamente en nuestra sociedad, tanto en el ámbito personal como en el profesional y es de esperar que esta tendencia se mantenga durante los próximos años. Sin embargo presentan una importante carencia, su reducida seguridad, la cual puede suponer un gran impedimento para su implantación en sistemas donde sea muy importante asegurar que la información que transmitimos no pueda ser usada por terceros sin nuestro consentimiento.
A lo largo de este trabajo se trató de ofrecer una solución a este problema, intentando desarrollar un sistema de identificación de tarjetas RFID que funcione en la banda en torno a 2,4GHz y nos permita diferenciar una determinada tarjeta por sus características físicas en lugar de por la información que contenga, dificultando enormemente que una tarjeta “clonada” pueda ser reconocida como autentica.
Posteriormente este sistema fue sometido a varias pruebas diferentes con el objetivo de determinar si era lo suficientemente fiable como para ser utilizado en una situación real, obteniéndose un porcentaje de acierto que, aun en el mejor de los casos, seguía siendo demasiado bajo, por lo que se determinó que, aunque el sistema ofrecía resultados prometedores, debía ser mejorado antes de poder usarse en una situación real.
