La intervención trata de aprovechar el carácter y peculiaridad del entorno en el que se sitúa, así como explorar y sacar el máximo partido de los vestigios y la historia de la parcela en la que se asiente. La línea proyectual busca relaciones con su entorno próximo mediante conexiones rodadas, peatonales y para bicicletas, y la creación en la parcela de un parque mecánico-natural que mantenga el carácter híbrido de «la parcela Uralita». Para ello, se sucenden capas de componentes funcionales a las ya existentes, a modo de palimpsesto histórico.
El carácter transitorio, momentáneo y funcional del espacio, en el que se suceden «frames»o impulsos de información a medida que es recorrido, se encuentra dominado por el uso del automóvil como principal medio de movilidad. La situación estratégica de la parcela en la confluencia de dos vías de intenso tráfico y el análisis tipológico predominante en el paisaje urbano apoya la decisión de concentrar el programa en un punto y generar una edificio- pantalla performativo integrado en el entorno. Éste se eleva en altura y se convierte en una figura icónica de la firma.. En sus lados opuestos a la carretera, como contrapunto, una piel natural de mimbre deja trepar la vegetación del extenso plano horizontal. La intervención posee la suficiente intensidad como para lograr ser un edificio representativo y referencial, adecuado a la imagen de la compañía Renault en Valladolid.
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