“A las afueras de la ciudad, en los vastos terrenos castellanos, un pequeño poblado florece acechado por gigantes que humo emanan. El río mece un horizonte que años atrás fue tierra próspera de regadío, donde volvemos para reivindicar el amor a la historia y al hogar perdido”
El proyecto nace de la necesidad de proteger un programa muy público en un área tan industrializada como la presente. Términos como Oasis y Colonizar darán sentido a nuestro discurso intelectual y avanzaremos a pies juntillas hacia los castillos y su morfología a base de estratos, muy útil para la distribución de usos produciéndose una continua servidumbre entre espacios, aquí concéntrica. El proyecto no puede concebirse sin el río; junto al que caminamos, al que observamos, frente al que nos detenemos. El borde Norte de la parcela y limítrofe con el Pisuerga será trabajado en sección de cara a generar un mercado aterrazado que mantenga visuales continuas con el agua. Su fluidez y flexibilidad interior se logra gracias a la poderosa estructura de pilares y vigas de hormigón que permiten un espacio diáfano a la vez que transportan las instalaciones.
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