Alimentos infantiles: ¿ayudando a educar?

Abstract

La alimentación durante los primeros dos años de vida no sólo resulta clave para el correcto crecimiento y desarrollo del niño, también se erige como base de los que serán sus hábitos alimentarios en el futuro. El exponencial crecimiento de patologías de alta prevalencia como el sobrepeso y/o la obesidad en población infantil sitúan en el punto de mira sus hábitos alimentarios, siendo de vital importancia conocer qué están comiendo realmente. Así, el presente trabajo nace con el objetivo de describir el perfil nutricional de los productos alimentarios dirigidos a población infantil de hasta 2 años. Se ha realizado un estudio de tipo observacional transversal. La muestra estuvo formada por 100 productos dirigidos a población infantil de hasta 2 años localizados en diferentes superficies comerciales de Valladolid y en sus plataformas web. El trabajo se desarrolló en 4 fases: 1) Descripción del perfil nutricional de la muestra; 2) Catalogación de la muestra utilizando 3 sistemas diferentes de análisis del etiquetado (“FoPLs”): el código Nutri-Score, el Semáforo Nutricional (SN) y los criterios del Documento de Consenso de Alimentación en los centros Educativos; 3) Comparación de los productos infantiles con una muestra (n=20) de productos homólogos destinados a población general y 4) Análisis del etiquetado y estrategias de marketing utilizadas en la muestra. El 71% de la muestra estuvo compuesta por alimentos de los grupos de “Harinas y Derivados” y “Leches y derivados”, además, la casi totalidad de los productos (99%) fueron clasificados como alimentos “ultraprocesados”. Los resultados evidenciaron que, según el NutriScore, el 35% de los productos no presentaba una buena calidad nutricional, datos que ascendían al 52% de en el caso del SN y hasta el 80% según el Documento de Consenso. En relación con sus homólogos para población adulta, el Nutri-Score clasificó los productos mayoritariamente en las categorías A (37%) y D (17%), mientras que los dirigidos a adultos lo hacían en las categorías B (35%), C (25%) y E (10%), lo que se reflejaba también con el SN ya que las categorías “ámbar” (60%) y “rojo” (40%) tenían mayores porcentajes entre éstos últimos. Sobre las técnicas de marketing utilizadas, se observó que la mayoría de los productos contaba con algún tipo de alegación nutricional, la mitad de ellos mostraba imágenes de alimentos “sanos” y el 13% venía con un juguete y/o premio para incentivar su venta. Como conclusión, la selección de los alimentos que se ofrece a los niños durante los primeros 2 años de vida es fundamental para que sus hábitos dietéticos futuros sean adecuados y contribuyan al desarrollo de un estado óptimo de salud. Atendiendo a los datos observados, entre el 35 y el 80% de la oferta disponible en nuestros centros comerciales de productos diseñados, específicamente, para este grupo de población, no cuenta con una calidad nutricional adecuada. Se evidencia por tanto la necesidad de poner en marcha acciones que contrarresten en lo posible efecto negativo de las técnicas de promoción de dichos productos, así como instar a la industria alimentaria a trabajar en pro de la mejora del perfil nutricional de los mismos.