La estructura energética española se caracteriza por una demanda creciente que se abastece principalmente de recursos energéticos fósiles como el petróleo y el gas natural. En las últimas décadas se han llevado a cabo políticas de gestión de la demanda energética con el objetivo de reducirla. Estas políticas han sido principalmente dirigidas hacia la obtención de mejoras de eficiencia energética y el aumento de la participación de las energías renovables.
Sin embargo, dichos avances resultan aún insuficientes puesto que las implicaciones negativas de la estructura energética actual son de gran relevancia. Los mayores retos a los que se enfrenta el modelo energético español son la dependencia energética, las emisiones de gases de efecto invernadero que se producen durante el proceso de transformación y producción de energía y la pobreza energética.
The Spanish energy structure is characterized by a growing demand that is
mainly supplied with fossil energy resources such as oil and natural gas. In
recent decades, energy demand management policies have been implemented
with the aim of reducing it. These policies have been mainly directed towards
obtaining energy efficiency improvements and increasing renewable energies
share.
However, these advances are still insufficient since the negative implications of
the current energy structure are of great relevance. The greatest challenges
facing the Spanish energy model are energy dependence, the emissions of
greenhouse gases during the process of energy transformation and production,
and energy poverty
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