La retórica es definida por el DRAE como el “Arte de hablar con elocuencia”, y la elocuencia, a su vez, es descrita como la “Facultad de hablar o escribir de modo eficaz para deleitar, conmover o persuadir”. La finalidad básica de la retórica era la persuasión, lo que conlleva la triple necesidad de enseñar, conmover y deleitar a los oyentes, pues, como veremos, para persuadir es necesario mezclar los argumentos racionales con los estímulos emocionales y engalanar adecuadamente el discurso, haciéndolo atractivo. [Texto extraído del libro de Alfonso Martín Jiménez].
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