En los últimos años, ha aumentado considerablemente el porcentaje de transferencias embrionarias derivadas de los procedimientos de vitrificación y desvitrificación de embriones dentro de los programas de fecundación in vitro. Según el informe anual de 2016 de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EEUU, uno de cada 2 embriones que fueron transferidos había sido vitrificados con anterioridad (1). Esta tendencia está siendo semejante tanto en España como en Europa de acuerdo con la Sociedad Europea de Reproducción Humana y Embriología (2), así como por la Sociedad Española de Fertilidad.
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