Nuevos retos del lenguaje de la luz. La ciudad como laboratorio y escenario del arte contemporáneo multimedia

Abstract

La iluminación artificial desde sus inicios ha ido asociada a la evolución de la ciudad y las necesidades de esta. En este trabajo se analiza la evolución de la iluminación y su significado en la ciudad, a través del leguaje de la luz, con el fin de descubrir estrategias e ideas proyectuales que desembocan en la comprensión de la necesidad de un cambio de mentalidad del arquitecto y artista a la hora de emplear la luz artificial en la ciudad. Desde las Exposiciones Universales, los anuncios lumínicos que invadían las fachadas, la iluminación sofisticada de edificios puntuales con carácter económico, pasando las fachadas-media, hasta llegar a la invasión de pantallas en los centros neurálgicos de las ciudades potencia y sus skylines como representación de poder. Nos damos cuenta de que el lenguaje de la luz ha comenzado a ser vacuo, y el diseñador comienza a emplear la luz con fines sociales y para dotar de calidad a la ciudad. Transforma la ciudad en un laboratorio de ideas y en un escenario donde representar su obra: las instalaciones lumínicas y los festivales de luz. Estos nuevos espacios y su uso del lenguaje de la luz dotan al ciudadano de la capacidad de intervenir y convertirse en usuario y parte de la obra, además de que generan nuevas e infinitas posibilidades de interrelación en la ciudad.

Since its beginnings, artificial lighting has been associated with the evolution of the city and its needs. This study analyzes the evolution of lighting and its meaning in the city, through the language of light, in order to discover strategies and design ideas that lead to the understanding of the need for a change in the mentality of the architect and artist when using artificial light in the city. From the Universal Exhibitions, the luminous advertisements that invaded the facades, the sophisticated illumination of specific buildings with economic character, passing through the facades-media, until reaching the invasion of screens in the neuralgic centers of the power cities and their skylines as a representation of power. We realize that the language of light has begun to be vacuous, and the designer begins to use light for social purposes and to provide quality to the city. He transforms the city into a laboratory of ideas and a stage on which to represent his work: light installations and light festivals. These new spaces and his use of the language of light give the citizen the ability to intervene and become a user and part of the work, as well as generating new and infinite possibilities of interrelation in the city.