La neuropatía periférica inducida por quimioterapia (NIQ) es uno de los efectos secundarios del tratamiento quimioterapéutico neurotóxico que más repercusiones tiene, tanto en la limitación de la dosis del citostático, como en la calidad de vida de los pacientes que la desarrollan. Se caracteriza por sintomatología de tipo sensorial, en forma de dolor crónico, parestesias y disestesias; además de síntomas motores, caracterizados por debilidad muscular que ocasionan un aumento del riesgo de caídas.
Se calcula que hasta un 68% de los pacientes tratados con antineoplásicos neurotóxicos desarrollarán NIQ, y un 30% presentará síntomas crónicos persistentes más allá de los 6 meses tras la finalización del tratamiento. Su correcto diagnóstico, prevención y tratamiento temprano son vitales para reducir su progresión y las comorbilidades asociadas.
Nuestro objetivo es conocer la evidencia actual sobre el correcto manejo clínico de la neuropatía periférica asociada a la quimioterapia en pacientes oncológicos.
Hacemos una revisión sistemática. La búsqueda se ha realizado en las bases de datos de Pubmed, Dialnet, SciElo y ScienciDirect.
Se seleccionaron un total de 23 artículos, evaluados mediante los niveles de evidencia de JBI.
La aparición de NIQ presenta un gran desafío debido a sus consecuencias y a la poca evidencia científica de sus mecanismos fisiopatológicos, prevención y tratamiento. Actualmente, existen líneas de investigación muy prometedoras, relacionadas fundamentalmente con el uso de parches de capsaicina y con el tratamiento no farmacológico, destacando el ejercicio físico. Pese a ello, los resultados de muchos estudios son contradictorios y requieren un mayor tamaño muestral.
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