La población de personas mayores ha aumentado considerablemente en los últimos años. Esto es debido al aumento de la esperanza de vida y a las bajas tasas de natalidad. La sociedad del siglo XXI tiene que dar respuesta a esta nueva situación, tanto, por lo que respecta al cuidado y atencion de las personas mayores, como a los nuevos modelos de residencias.
La educación emocional debe ser considerada como una herramienta básica, para la gestión de las emociones en la tercera edad, y favorecer habilidades cognitivo-afectivas, con el fin de conseguir una mayor satisfación personal, además de potenciar una convivencia más participativa y social.
