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dc.contributor.advisorVillar Sordo, Valentín del es
dc.contributor.authorGalindo Gámez, Jesús
dc.contributor.editorUniversidad de Valladolid. Facultad de Fisioterapia es
dc.date.accessioned2020-09-22T09:55:20Z
dc.date.available2020-09-22T09:55:20Z
dc.date.issued2019
dc.identifier.urihttp://uvadoc.uva.es/handle/10324/42432
dc.description.abstractLa Sociedad Internacional de Continencia definió la Vejiga Hiperactiva como un síndrome clínico caracterizado por la presencia de urgencia miccional aislada, o en combinación con incontinencia urinaria de urgencia (IUU), junto con un aumento de la frecuencia miccional y nicturia, en ausencia de otra enfermedad demostrable. La VH es más habitual en la edad avanzada y más frecuente en la mujer y puede estar asociada con las comorbilidades relacionadas con la edad y debidas a hiperactividad del detrusor, con contracciones musculares del detrusor desinhibidas e involuntarias durante el llenado de la vejiga. Es de importancia en el paciente con VH comenzar valorando el impacto en la calidad de vida ya sea de forma informal mediante alguna pregunta específica o, más aconsejable, utilizando instrumentos de valoración validados. Se inicia el tratamiento con medidas conservadoras que se utilizan en otros tipos de incontinencia, incluyendo ejercicios y cambios en el estilo de vida (obesidad) y modificaciones del comportamiento. y entrenamiento de la vejiga y el tratamiento de la atrofia vaginal (si está presente) con terapia tópica de estrógenos. Medidas higiénico-dietéticas que pueden ayudar a mejorar la sintomatología disminuir el consumo de cafeína, té, alcohol, bebidas carbonatadas, alimentos muy especiados o picantes, etc. Disminuir la toma de líquidos a partir de media tarde, control de peso si procede y ejercicio físico adaptado a las capacidades personales. Utilización de ropa adecuada con elásticos de sujeción, el abandono del tabaco, la corrección del estreñimiento crónico y de los procesos que cursan con tos, que ayudan a mejorar la continencia urinaria y prevenir escapes de orina. En cuanto al tratamiento farmacológico se ha demostrado una mayor efectividad desde el punto de vista clínico pese a que casi el 50% de las personas que recibieron tratamiento presentan una insatisfacción entre moderada y grande con el resultado. También tenemos tratamiento fisioterápico, que abarca la terapia conductual, ejercicios musculares de suelo pélvico, entrenamiento vesical, biofeedback, y una serie de terapias alternativas que abarcan: acupuntura, empleo de toxina botulínica, neuromodulación sacral, estimulación tibial percutánea. La práctica más común es utilizar de inicio el abordaje fisioterápico y la farmacoterapia oral. Se puede recomendar la cirugía en aquellos pacientes cuyos síntomas persisten a pesar de otras terapias, y se puede incluir en este apartado la cistoplastia por la mayor, desviación urinaria o colocación de un catéter suprapúbico.es
dc.format.mimetypeapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.subject.classificationVegiga hiperactivaes
dc.titleEfectividad de la fisioterapia en vegiga hiperactiva de la población adulta: Revisión bibliográfica y análisis críticoes
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/bachelorThesises
dc.description.degreeGrado en Fisioterapiaes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*


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