El dominicanismo del linaje Manuel y de la corte: una devoción de influencias mutuas en la Baja Edad Media

Abstract

En su testamento de 1283 el infante don Manuel donó 2.000 maravedís para financiar las obras del convento dominico de Murcia. Este hecho supuso el punto de partida de la estrecha relación que mantuvo su linaje con la Orden de los Predicadores durante la Baja Edad Media. Otros factores contribuyeron a que don Juan Manuel continuara la devoción de su padre. En primer lugar, los dominicos compartían con el noble la idea de una sociedad feudal compuesta por tres estamentos, frente a la ruptura que suponía el ascenso social de la burguesía. En segundo lugar y más importante en el tema que nos ocupa, don Juan Manuel quería vincularse a los dominicos ya que era una orden cercana a la monarquía castellana desde sus orígenes; como descendiente directo de reyes, don Juan Manuel quería identificarse con la Orden de los Predicadores y diferenciarse del resto de la nobleza que en estos momentos mantenía vínculos con los franciscanos y clarisas, principalmente. Además de la sangre real, el estatus adquirido por el personaje tenía otros motivos: su participación en la guerra contra los musulmanes, la ocupación del adelantamiento de Murcia y su participación en asuntos internos como regente y tutor real. El poder alcanzado por don Juan Manuel le llevó a enfrentarse con el rey e incluso proponerse reemplazarle, insistiendo en sus obras acerca de la superioridad de su linaje y en el hecho de tener más sangre real que el propio monarca.