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dc.contributor.authorPeruarena Arregui, Juan 
dc.date.accessioned2021-10-18T11:48:00Z
dc.date.available2021-10-18T11:48:00Z
dc.date.issued2005
dc.identifier.citationStichomythia: Revista de teatro español contemporáneo, 2005, n. 3, 49 pp.es
dc.identifier.issn1579-7368es
dc.identifier.urihttps://uvadoc.uva.es/handle/10324/49132
dc.descriptionProducción Científicaes
dc.description.abstractEl proceso de configuración de la escena como un cubo cerrado y autónomo respecto a la sala, iniciado por la introducción del arco de embocadura desde los mismos orígenes del diseño arquitectónco del edificio teatral en el siglo XVII, impulsado por algunas experiencias escenográficas tan trascendentes como aquella formulada por la familia Bibiena durante la primera mitad del Setecientos y defendido por la Ilustración, se radicaliza en el XIX. La idea del «cuarto muro» invisible que termina de aislar el escenario —bandera del naturalismo finisecular pero que ya era considerada indispensable por autores como Diderot en su Discours sur la poésie dramatique (Paris, 1758) para que la ilusión pudiera nacer [apud Hubert 1992: 109; cfr. Diderot, 2003]1—, devino fundamento sustancial en el proyecto de reproducir fragmentos de realidad dentro de la caja escénica, principio sobre el que se estableció el imaginario teatral decimonónico prevalente, el cual se apoyaba en toda suerte de artificios para recrear “el natural”. Sobre tales preceptos rectores, la escena se concibe como una gran caja óptica en donde se integran las representaciones pictórico-perspectivas apoyadas tanto en sus propios valores plásticos como en los efectos de la iluminación artificial, un aspecto determinante en la configuración de la visualidad teatral del Ochocientos, sobre todo a partir de la revolución que supuso la implantación de la luz de gas, primero, y la paulatina introducción de la electricidad más tarde. No obstante, y si bien sus aplicaciones escénicas parecen ser el aspecto más sobresaliente o cuando menos el más evidente, la iluminación teatral se arroga toda otra serie de competencias prácticas bien distintas —desde higiénicas hasta protocolarias— importantes a la hora de acercarse al fenómeno decimonónico del teatro como creación artística, como ejercicio práctico o como evento social. [Texto extraído del artículo de Juan Peruarena Arregui].es
dc.format.mimetypeapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.publisherUniversitat de Valènciaes
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/openAccesses
dc.rights.urihttp://creativecommons.org/licenses/by-nc-nd/4.0/*
dc.subjectTeatro - Siglo XIX - Historia y críticaes
dc.titleLuminotecnia teatral la primera mitad del siglo XIX: de la herencia barroca a la introducción del gases
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/articlees
dc.rights.holder© 2005 Universitat de Valènciaes
dc.relation.publisherversionhttp://parnaseo.uv.es/Ars/ESTICOMITIA/Numero3/INDEX.htmles
dc.identifier.publicationfirstpage1es
dc.identifier.publicationissue3es
dc.identifier.publicationlastpage49es
dc.identifier.publicationtitleStichomythia: Revista de teatro español contemporáneoes
dc.peerreviewedSIes
dc.rightsAttribution-NonCommercial-NoDerivatives 4.0 Internacional*
dc.type.hasVersioninfo:eu-repo/semantics/publishedVersiones
dc.subject.unesco6203.10 Teatroes


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