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dc.contributor.authorMartín Jiménez, Alfonso 
dc.date.accessioned2025-01-10T02:32:13Z
dc.date.available2025-01-10T02:32:13Z
dc.date.issued2020
dc.identifier.citationAnuario de Estudios Cervantinos, 2020, vol. 16. p. 23-35.es
dc.identifier.issn1697-4034es
dc.identifier.urihttps://uvadoc.uva.es/handle/10324/73601
dc.descriptionProducción Científicaes
dc.description.abstractPresentación sintética del estado actual de las investigaciones sobre Cervantes y Avellaneda, seudónimo del autor que publicó la continuación apócrifa de la primera parte del «Quijote» de Cervantes». Se explican los argumentos que sustentan que Avellaneda era el aragonés Jerónimo de Pasamonte. Hay varios requisitos que debe cumplir el autor del «Quijote» apócrifo, extraídos de la lectura de la propia obra. Y solo Jerónimo de Pasamonte cumple esos requisitos: 1) Avellaneda denuncia que Cervantes lo ha imitado y ofendido mediante “sinónimos voluntarios” en la primera parte del «Quijote» (y Jerónimo de Pasamonte fue imitado y ofendido por Cervantes a través del galeote Ginés de Pasamonte); 2) Avellaneda da a entender en su soneto preliminar que escribe su obra en respuesta a la forma injuriosa en que Cervantes había retratado a Ginés de Pasamonte; 3) sabe que la localidad de Somet tenía dos alcaldes (y Somet dependía de Ibdes, el pueblo natal de Pasamonte); 4) conoce la pintura de la Resurrección de la iglesia de San Miguel Arcángel de Ibdes (en la que fue bautizado Pasamonte); 5) está interesado en corregir la edad que Cervantes había adjudicado a Ginés de Pasamonte; 6) introduce en su obra un personaje, Antonio de Bracamonte, cuyo apellido y atributos son similares a los de Jerónimo de Pasamonte; 7) es admirador, como Pasamonte, de los frailes dominicos y de san Bernardo, y 8) conoce y elogia la cofradía del Rosario de Calatayud, mencionando a sus ciento cincuenta miembros, uno de los cuales era Pasamonte, que aparece así representado de forma indirecta en el «Quijote» apócrifo. Este elemento es esencial, y descarta a los restantes candidatos propuestos a la autoría del «Quijote» apócrifo, ya que ninguno de ellos pudo conocer esa cofradía, ni tendría ningún interés en elogiarla. Además, el propio Cervantes creía que Avellaneda era el aragonés Jerónimo de Pasamonte, como dio a entender en varias de sus obras, y especialmente en la segunda parte de su «Quijote», en la que denunció que Avellaneda era aragonés y sugirió su verdadero nombre de pila a través del personaje de don Jerónimo, que tiene en sus manos el «Quijote» apócrifo recién publicado y reconoce al don Quijote cervantino como el auténtico. De forma magistral, Cervantes hizo que la propia representación literaria de Avellaneda, encarnada en ese personaje llamado Jerónimo, reconociera a su don Quijote como el verdadero.es
dc.format.mimetypeapplication/pdfes
dc.language.isospaes
dc.publisherMirabeles
dc.rights.accessRightsinfo:eu-repo/semantics/restrictedAccesses
dc.subject.classificationCervantes, Avellaneda, Jerónimo de Pasamonte, Vida y trabajos de Jerónimo de Pasamonte, Quijote apócrifo, Novelas ejemplares, Quijote de Cervantes.es
dc.titleCervantes y Avellaneda. Estado actual de la cuestiónes
dc.typeinfo:eu-repo/semantics/articlees
dc.rights.holderMirabel Editoraes
dc.identifier.publicationfirstpage23es
dc.identifier.publicationissue16es
dc.identifier.publicationlastpage35es
dc.identifier.publicationtitleCervantes y la Teoría de la Literaturaes
dc.peerreviewedSIes
dc.type.hasVersioninfo:eu-repo/semantics/publishedVersiones


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