La historiografía de la arquitectura moderna española ha tratado la década de 1940 a 1950 básicamente desde la tendencia regresiva y nacionalista - la que se proponga proyectar desde el Régimen franquista - como consolidación de la ruptura con el período anterior. Sin embargo, el proyecto de 'lo moderno' sí mantiene una cierta continuidad en la autarquía, y puede ser interpretada como "período-puente" entre la frágil modernidad de Ios años 30 y la brillante de Ios 50. Además de la continuación de ciertas estructuras anteriores a la Guerra Civil, lo que realmente facilita esa (difícil) persistencia de 'lo moderno' son las posturas de ciertos arquitectos que crecen convencidos del progreso de la arquitectura hacia nuevos horizontes. No fue la primera generación de arquitectos racionalistas - o lo poco que quedó de ella, tras el conflicto bélico - la que logra hacer avanzar esa modernidad en Ios 40, pero sí resultaron decisivos como "correa de transmisión" de 'lo moderno' para una nueva generación de titulados a Ios que sirvieron de referencia en la posguerra, y que iniciaba su trayectoria profesional con balbuceos y restricciones en esa década. Sus obras, hoy sí, podemos identificarlas como el germen de su magnífica producción moderna posterior. Lamentablemente, la censura franquista a 'lo moderno' en Ios medios de difusión mantuvo oculta esta producción moderna "in nuce", pues hasta principios de Ios años 50 no llegan a publicarse la mayoría de aquellas meritorias obras modernas.
