Al comienzo del presente trabajo, se ha realizado una síntesis teórica de la Inteligencia Emocional, para finalmente implementarla a las metodologías y contenidos propios del aula. Después, se ha diseñado una intervención orientada a aprender a gestionar las emociones propias y, en consecuencia, a mejorar la convivencia dentro de la clase y del Centro en general.
La intervención fue programada de la siguiente manera: con una duración de diez sesiones, fue llevada a cabo en uno de los dos grupos de 2º de Educación Primaria, grupo experimental, asumiendo al otro grupo de 2º como grupo control. Los alumnos/as habían sido separados/as, por el gran número de matrícula existente. La división se ha establecido por el Claustro, teniendo en cuenta unos criterios pedagógicos e inclusivos que facilitaran la equivalencia entre ellas: número de alumnos/as, minorías étnicas, inmigrantes, etc.
El Colegio se sitúa en la capital de Valladolid y posee un elevado índice de problemas de conducta en un alto porcentaje de su alumnado. Siendo tutora de uno de los grupos de 2º de Primaria, me parece primordial incidir en este problema, puesto que es básico prevenirlo y mejorarlo para poder trabajar, después, los contenidos propios de las áreas.
Creo que, muchos de los conflictos que se dan en las aulas se producen, no tanto por ser problemas serios, sino por la incapacidad, en muchas ocasiones, del alumnado de gestionar sus emociones, lo que podríamos justificar por lo “pasionales” que son y su falta de empatía afrontando las diferentes situaciones de la vida cotidiana en el Centro.
