Prevención del suicidio en educación secundaria: una revisión sistemática

Abstract

El suicidio es la principal causa absoluta de muerte en jóvenes entre los 15 y los 29 años, arrojando 316 defunciones anuales, frente a las 299 de los accidentes de tráfico o las 295 de los tumores (Observatorio del Suicidio en España, 2021). Más de 700.000 personas se suicidan cada año y, por cada suicidio, se estima que hay más de 20 intentos de suicidio (World Federation for Mental Health, 2019). Y estas cifras no dejan de aumentar año tras año, llegándose a registrar 4.227 muertes por suicidio en nuestro país durante el 2023. Este fenómeno, de gran relevancia, ha tenido diferentes percepciones y tratamientos a lo largo del tiempo, en consonancia con factores socioculturales, históricos, políticos, económicos... Así, el suicidio se ha abordado desde diferentes paradigmas, dando lugar a múltiples perspectivas, explicaciones o enfoques. Durante las últimas décadas, se ha observado un incremento de las tasas de suicidio en Europa, cuyos factores asociados analizaremos en este trabajo. Además, las cifras de suicidio, en general, y en la infancia y adolescencia, en particular, están infrarrepresentadas. En este contexto, la detección de factores de riesgo y la prevención son esenciales para reducir la tasa de suicidio en jóvenes. Y los centros educativos resultan claves en esta tarea, empezando por abordar el estigma de la salud mental (vulnerabilidad psico-socioemocional) y el tabú del suicidio. Por todo ello, este trabajo pretende, en último término, analizar la eficacia de los programas existentes en materia de prevención de la conducta suicida planteados desde los centros educativos para encontrar los mejores caminos a seguir que contribuyan a disminuir su impacto en la sociedad.