En los últimos años, el aumento del uso de las redes sociales y el impacto de los influencer en la vida de los jóvenes ha sido innegable. La exposición constante a imágenes perfectas ha supuesto una mayor presión para cumplir con ciertos ideales de belleza. Esto, junto con la aceptación social de las operaciones estéticas, ha supuesto la creación de una nueva cultura donde las personas buscan constantemente mejorar su apariencia física. Los influencer, quienes a menudo se someten a operaciones estéticas, normalizan y promueven estas intervenciones frivolizando la verdadera importancia que tienen estas, creando en la juventud expectativas muy poco realistas que puedan afectar a su bienestar, físico y mental.
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