En el mundo empresarial, tener buena imagen aporta un valor añadido que va más allá de la calidad del producto o servicio ofrecido: permite a las marcas diferenciarse de la competencia y conectar emocionalmente con el público. Cuando una empresa crea su insignia, busca que esta se forme en la mente del consumidor por medio de atributos con los que desea ser reconocida.
Sin embargo, la llegada de una crisis puede arruinar años trabajando ese proceso en cuestión de pocos días, perjudicando tanto las ventas como el valor inmaterial de la marca. A veces, estas situaciones son inevitables, pero saber reaccionar a ellas de manera efectiva puede evitar sus consecuencias más dañinas.
El ejemplo de BP (British Petroleum), a partir de la explosión de la plataforma petrolífera Deepwater Horizon en 2010, permite observar cómo la respuesta comunicativa a una crisis influye considerablemente en sus efectos.
In the business world, having a strong image adds a value that goes beyond the quality of the product or service offered: it enables companies to stand out from the competition and build an emotional connection with the public. When developing a brand, companies aim to shape its identity in the minds of consumers, based on attributes with which they wish to be recognized.
However, a crisis can destroy years of brand-building in a matter of days, damaging not only sales but also the intangible value of the brand. While these situations sometimes are unavoidable, responding to them effectively can help mitigate their most harmful consequences.
The case of BP (British Petroleum), following the Deepwater Horizon explosion in 2010, illustrates how the communicative response to a crisis can significantly influence its overall impact.
